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25/11/2025 / Guillermo Rodríguez

La bioeconomía europea urge que la CE armonice políticas, refuerce la financiación y cree mercados más favorables para la innovación

La bioeconomía se ha consolidado como uno de los grandes motores de transformación en Europa, con un potencial único para responder a los retos actuales en materia de sostenibilidad, competitividad y autonomía estratégica. A través de la innovación biotecnológica y el aprovechamiento eficiente de los recursos biológicos, la bioeconomía contribuye a generar soluciones más verdes y circulares que impactan directamente en sectores clave como la alimentación, la energía, la salud o la industria.

En un contexto marcado por la crisis climática, la necesidad de avanzar hacia una economía baja en carbono y la creciente competencia global, el desarrollo de una bioeconomía sólida y cohesionada resulta esencial. A fin de contribuir a esta meta el proyecto ShapingBio, financiado con fondos europeos y del que AseBio forma parte, ha publicado un exhaustivo informe de políticas que recoge recomendaciones clave para ayudar a la Comisión Europea (CE) a crear un marco óptimo para una bioeconomía europea sostenible y competitiva.

Dichas recomendaciones subrayan la urgente necesidad formulada por la comisaria de Medio Ambiente, Resiliencia Hídrica y Economía Circular Competitiva, Jessika Roswall, de realizar esfuerzos colectivos para construir una bioeconomía próspera, sostenible y circular. En este contexto, la Comisión Europea ha identificado varios pilares estratégicos que probablemente serán clave en la futura estrategia de bioeconomía de la UE, para los cuales ShapingBio ha propuesto un conjunto de recomendaciones concretas.

 

Hacia una bioeconomía europea competitiva y sostenible

La bioeconomía europea tiene un gran potencial para generar innovación, crecimiento económico y soluciones sostenibles, apoyándose en materias primas diversas, infraestructuras consolidadas y una industria de transformación de biomasa fuerte.

Sin embargo, persisten diferencias entre Estados miembro en innovación, I+D y políticas, lo que limita su competitividad global. Por ello, se recomienda reforzar el conocimiento del concepto de bioeconomía, impulsar políticas integrales y coordinar acciones a nivel europeo, nacional y regional, así como fomentar el intercambio de buenas prácticas con el objetivo de mejorar la coordinación horizontal y vertical e intensificar los diálogos entre las partes interesadas.

Las start-ups, spin-offs y pymes juegan un papel clave en esta transición, pero necesitan un clima empresarial sólido y apoyos adaptados a su etapa de desarrollo, incluyendo acceso a financiación pública y privada.

El desarrollo de mercados bio-basados es esencial para traducir la innovación en productos viables, aunque estos enfrentan costes más altos y barreras regulatorias. Se aconseja combinar incentivos a productos bio-basados y desincentivos a productos fósiles, y armonizar regulaciones para facilitar la llegada al mercado.

Finalmente, la transferencia de tecnología del laboratorio a la industria requiere colaboración academia-industria y acceso a infraestructuras de pilotaje y demostración (PDIs, por sus siglas en inglés), que permiten reducir riesgos y acelerar la biomanufactura. Se propone fortalecer mecanismos de cofinanciación, asegurar apoyo público continuo y promover asociaciones público-privadas que faciliten la escalada de innovaciones a gran escala.

“Europa cuenta con fuertes activos en la bioeconomía, desde diversos recursos de biomasa hasta una investigación e innovación líderes. Pero las estrategias fragmentadas y las capacidades de innovación desiguales nos frenan. Para seguir siendo competitivos a nivel mundial y cumplir los objetivos de sostenibilidad, necesitamos políticas coherentes que promuevan una colaboración más sólida entre todos los Estados miembros, una mejor financiación y garantizar el liderazgo de Europa en biofabricación sostenible. Nuestras recomendaciones tienen como objetivo garantizar que Europa no solo desarrolle soluciones de base biológica, sino que también cree las condiciones adecuadas para que prosperen”, declara Sven Wydra, coordinador del proyecto ShapingBio.

Las aportaciones del proyecto ShapingBio han sido bien recibidas por los responsables políticos de la Comisión Europea que están preparando la Nueva Estrategia de Bioeconomía de la UE. Con la innovación de base biológica en el centro del Pacto por una Industria Limpia y el Plan de Acción para la Economía Circular de Europa, la implementación de estas recomendaciones podría reforzar la resiliencia, la competitividad y la sostenibilidad de Europa en las próximas décadas.

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