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17/11/2025 / Redacción /

El CNC-CSIC identifica la huella molecular de la memoria en un estudio publicado en Nature Communications

Descubren los genes clave que permiten a las neuronas almacenar recuerdos a largo plazo.

Un equipo internacional coliderado por el Centro de Neurociencias Cajal (CNC) del CSIC ha identificado parte del mecanismo molecular que permite a las neuronas almacenar recuerdos a largo plazo. El estudio, publicado en Nature Communications, descrifra los genes que se activan selectivamente en las neuronas implicadas en la formación y consolidación de la memoria, utilizando como modelo a la Drosophila melanogaster.

La creación de memorias duraderas requiere cambios físicos en las conexiones neuronales, posibles únicamente cuando las neuronas sintetizan nuevas proteínas. Para ello deben activar genes específicos que permiten generar ARN mensajero, la molécula encargada de transportar la información genética desde el núcleo hasta el lugar donde se producen las nuevas proteínas. Sin embargo, la huella transcripcional exacta implicada en este proceso era desconocida.

Con el objetivo de resolver esta cuestión, el equipo científico llevó a cabo un análisis temporal de la actividad génica durante el aprendizaje, aplicando técnicas de secuenciación de ARN para identificar con precisión qué genes modifican su expresión en las neuronas responsables de la memoria. Los resultados muestran que estas variaciones generan un rastro molecular característico que distingue a las neuronas que participan eficazmente en el almacenamiento de recuerdos.

Según explica Francisco A. Martín, investigador del CNC-CSIC durante el desarrollo del trabajo, “esta huella transcripcional coincide con periodos críticos de consolidación y está enriquecida en funciones clave como la remodelación del citoesqueleto, el metabolismo energético y la señalización sináptica”.

Genes que configuran la memoria

El análisis funcional permitió identificar 16 genes esenciales para la formación de la memoria, todos ellos conservados en humanos. Entre ellos destacan Hr38 y Sr, dos factores de transcripción que actúan como reguladores neuronales inmediatos ante nuevos estímulos. Su papel en la memoria era hasta ahora poco conocido.

“El hallazgo de Hr38 y SR los revela como genes críticos en neuronas que participan en la consolidación de la memoria, y abre nuevas vías para entender los mecanismos universales de recuerdo y olvido”, afirma Martín.

Estas conclusiones representan un avance significativo en la comprensión de la biología de la memoria y de los mecanismos genéticos que sostienen los recuerdos a largo plazo. Además, la presencia de estos factores en cerebros más complejos sugiere la existencia de un mecanismo conservado entre especies, lo que abre futuras líneas de investigación en neurociencia comparada.

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