Jordi Hereu propone una estrategia europea para acelerar la innovación biotech y verde.
La biotecnología, el emprendimiento y la industria verde deben ocupar un lugar central en la estrategia industrial europea. Así lo defendió Jordi Hereu, ministro de Industria y Turismo, durante el Consejo Informal de Competitividad celebrado el pasado 18 de julio en Copenhague, en una intervención alineada con la visión de la Comisión Europea sobre el papel estratégico del sector biotech para el futuro de la UE.
Hereu subrayó el potencial de la biotecnología para hacer frente a desafíos como el cambio climático, el desarrollo de vacunas y terapias innovadoras o el fortalecimiento de las cadenas de suministro. Para ello, propuso simplificar la regulación, mejorar el acceso al mercado, fortalecer la propiedad intelectual y ampliar la capacidad de bioproducción europea, con especial foco en las pymes innovadoras, que representan el 43% del sector biotech español (las micropymes, el 52%).
Durante su intervención, el ministro destacó el programa español PROFARMA como un modelo ejemplar para el impulso industrial y biotecnológico europeo. Asimismo, propuso la creación de entornos de pruebas regulatorios (“regulatory sandboxes”) como herramienta para adaptar la legislación al ritmo de la innovación, mediante exenciones temporales en I+D y producción, y un marco común europeo que facilite su implementación segura.
Eliminar la fragmentación normativa, fomentar la colaboración universidad-industria y mejorar la alineación de los apoyos públicos fueron otros ejes clave de su discurso para desbloquear el potencial innovador de Europa.
En relación con la industria de tecnologías limpias, Hereu enfatizó que “acelerar permisos o subvencionar inversiones iniciales no basta: necesitamos actuar sobre los costes operativos y garantizar condiciones de competencia justas frente a importaciones que no cumplen los estándares europeos”.
Entre las medidas propuestas por España se encuentran:
Impulsar la demanda interna con criterios de sostenibilidad y contenido europeo en licitaciones públicas.
Mejorar infraestructuras críticas, como redes eléctricas e interconexiones.
Combatir prácticas de competencia desleal y asegurar la aplicación efectiva de las normas.
Vincular el apoyo público a procesos productivos seguros y sostenibles en el territorio europeo.
Además, abogó por una estrategia común UE-industria que refuerce la colaboración público-privada y garantice el acceso a materias primas críticas, así como la resiliencia de las cadenas de suministro.
“Europa tiene la posibilidad de convertirse en referente en capacidad industrial verde. No podemos dejar pasar esta oportunidad”, concluyó el ministro. Desde AseBio se valoraron de forma muy positiva las propuestas, por responder a las demandas del sector y por reconocer a la biotecnología como industria estratégica para la innovación, la competitividad y la autonomía europea.
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