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12/12/2025 / Redacción / / 104 visitas

Expertos reclaman acelerar la llegada de los biomarcadores a la práctica clínica

Alexandre de la Fuente y Mario Grande.

Para la investigación biomédica, el fin último no debe ser únicamente publicar en revistas científicas, sino garantizar que los descubrimientos lleguen a los pacientes. Así lo defendieron los expertos participantes en la Jornada “Del laboratorio al paciente: el complejo camino de los biomarcadores hasta el sistema sanitario”, organizada por la Red de Enfermedades Inflamatorias (RICORS-REI) en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid con motivo de su IV Asamblea Anual.

El encuentro puso el foco en los biomarcadores, señales biológicas objetivamente medibles y esenciales para avanzar hacia una medicina personalizada y de precisión (MPyP). En él participaron investigadores, clínicos, emprendedores y pacientes con un objetivo común: reducir el tiempo entre el descubrimiento de un biomarcador y su uso real en la práctica clínica.

“Necesitamos modelos de retorno que lleven el conocimiento de vuelta al sistema sanitario”

El Dr. Luis Rodríguez Rodríguez, coordinador de la RICORS-REI, abrió la jornada subrayando que la identificación de biomarcadores “parte de una necesidad de pacientes y profesionales”. Sin embargo, alertó de que el ciclo clásico de investigación —reclutar pacientes, generar conclusiones, publicar y volver a empezar— puede ralentizar su incorporación a la clínica.
Por ello, defendió la creación de modelos de retorno que aceleren el traslado del conocimiento a la asistencia sanitaria, alineados con los objetivos de la Red, centrada en “reducir el gap entre la generación de conocimiento y su llegada al paciente, al sistema y a la sociedad”.

El caso sNfL: un biomarcador útil, pero con un recorrido complejo

La Dra. Luisa María Villar, jefa de Inmunología del Hospital Universitario Ramón y Cajal, detalló el recorrido del biomarcador sNfL, clave para evaluar el daño axonal en esclerosis múltiple. Aunque la evidencia científica era sólida y abundante, su transición a un test de diagnóstico in vitro (IVD) no fue inmediata.
Las autoridades exigían guías clínicas y bibliografía consolidada, algo difícil dada la reciente identificación del biomarcador. Tras un estudio multicéntrico y un proceso de negociación, el Sistema Madrileño de Salud autorizó su uso, y hoy unos 3.000 pacientes ya están monitorizados con este método.
Finalmente, en 2024 el sNfL fue incluido en el catálogo oficial de pruebas de la Comunidad de Madrid. No obstante, la Dra. Villar subrayó retos como la formación de profesionales o el impacto de la nueva regulación europea de diagnósticos in vitro (IVDR).

Innovar es emprender: el papel de las empresas en la transferencia

El Dr. Alexandre de la Fuente (INIBIC), emprendedor ligado a diversas biotecnológicas, ofreció una de las reflexiones más destacadas del encuentro:

Hacemos ciencia de más y generamos datos repetidamente cuando podríamos haber llevado ya esas ideas al mercado”.

De la Fuente criticó que los sistemas actuales de evaluación científica desincentivan la transferencia, y defendió modelos de codesarrollo, donde clínicos, investigadores, empresas y pacientes consensúen desde el inicio el producto final.

Desde su experiencia, señaló que el verdadero cuello de botella no reside en descubrir biomarcadores, sino en convertirlos en productos regulatoriamente viables, financiables y escalables.

También intervino Mario Grande, socio fundador de Nowture, quien destacó que el éxito de un proyecto depende de contar con un equipo multidisciplinar, de la claridad del mecanismo de acción y de la viabilidad industrial del producto. Para Grande, el problema no es la falta de ideas ni de inversión, sino la dificultad para transmitir el valor real de los desarrollos al sector empresarial.

Propiedad industrial: un paso crítico hacia la clínica

El experto en propiedad intelectual Santiago Cuenco (IdISSC) recordó que la protección de resultados es esencial para atraer inversión y garantizar la explotación clínica. Explicó que, para patentarse, un biomarcador debe demostrar validación en un entorno relevante, reproducibilidad y una utilidad clínica claramente definida.
Cuenco destacó algunos avances de su institución, como la patente europea sobre firmas génicas asociadas a respuesta a inmunoterapia o métodos in vitro para detectar ciertos tipos de cáncer desarrollados junto a empresas especializadas.

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