ITQ e ICMol desarrollan un sistema de nanozimas activadas por luz infrarroja para reparar daños en el ADN.
Una colaboración entre el Instituto de Tecnología Química (ITQ, centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas - CSIC y la Universitat Politècnica de València - UPV) y el Instituto de Ciencia Molecular (ICMol, de la Universitat de València - UV) ha desarrollado un sistema innovador que emplea luz infrarroja y nanozimas —nanomateriales con propiedades similares a las enzimas naturales— capaz de mejorar la reparación de daños en el ADN. Este avance tiene potenciales aplicaciones biomédicas, como el tratamiento de ciertos tipos de cáncer, y ha sido publicado en la revista científica Nanoscale.
El sistema está basado en un nanohíbrido formado por nanopartículas dopadas con iterbio y erbio (elementos de tierras raras) que absorben luz infrarroja y la transforman en luz visible. Estas nanopartículas están recubiertas por un fotosensibilizador, que utiliza la energía generada para activar reacciones químicas que reparan daños en el ADN.
Los investigadores han demostrado que estos nanohíbridos actúan como fotoenzimas activadas por luz, capaces de regenerar nucleósidos dañados (guanosina y adenina) implicados en lesiones mutagénicas tipo eteno, que están asociadas a riesgo de mutaciones y enfermedades como el cáncer.
Este enfoque supone una alternativa prometedora a la terapia fotodinámica convencional, superando su principal limitación: la escasa penetración de la luz ultravioleta visible en tejidos biológicos. Los nanohíbridos se activan con luz infrarroja cercana, lo que permite una mayor penetración en los tejidos debido a la mínima absorción por los componentes endógenos como hemoglobina o melanina.
“La terapia fotodinámica está ganando cada vez más protagonismo como tratamiento complementario contra diversos tipos de cáncer, gracias a su capacidad para destruir células tumorales con mínima afectación de los tejidos sanos”, explica Virginie Lhiaubet, investigadora científica del CSIC en el ITQ y coautora de la investigación.
Por su parte, María González Béjar, profesora titular de la UV en el ICMol, señala que los próximos pasos serán optimizar el sistema para maximizar la eficiencia de la fotorreparación y ampliar su versatilidad para otras estrategias de reparación de ADN impulsadas por luz.
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