Marina Pollán (Carlos III), Javier Padilla (Ministerio de Sanidad), Fina Lladós (Farmaindustria) e Ion Arocena (AseBio).
A punto de cumplirse el primer año desde la puesta en marcha de la Estrategia de la Industria Farmacéutica 2024-2028, la presidenta de Farmaindustria y directora general de Amgen en España, Fina Lladós Canela, ha hecho balance de este plan estratégico, al que ha calificado como “un hito que llegó en un momento más que pertinente”.
Durante su intervención en BioSpain 2025, celebrada en Barcelona, Lladós ha compartido coloquio con el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, la directora del Instituto de Salud Carlos III, Marina Pollán, y el director general de AseBio, Ion Arocena, quien ha actuado como moderador.
La presidenta de Farmaindustria ha recordado que la Estrategia pone el foco en tres ejes clave: el impulso de la I+D biomédica, la apuesta por la producción nacional para asegurar la autonomía estratégica, y la mejora del acceso a los nuevos medicamentos por parte de los pacientes.
Según Lladós, España cuenta con fortalezas significativas: es uno de los líderes mundiales en ensayos clínicos y una potencia productora de medicamentos en Europa, con más de 180 plantas, de las cuales 111 son de medicamentos de uso humano. Sin embargo, ha advertido que el contexto geopolítico actual —marcado por las presiones comerciales y la competencia de Asia y EE.UU.— exige medidas urgentes para recuperar la competitividad.
“Necesitamos una nueva legislación farmacéutica que proteja la propiedad industrial y promueva la innovación. Otros países lo están haciendo, y si no actuamos, podríamos poner en riesgo los más de 3.000 millones de euros que las compañías invierten anualmente en España”, ha subrayado Lladós.
La Estrategia 2024-2028, concebida como una hoja de ruta con principios de actuación, requiere ahora un desarrollo normativo y una colaboración estrecha entre sector público y privado. En este sentido, Lladós ha propuesto siete líneas prioritarias para consolidar un sector estratégico:
Desarrollar un marco regulatorio predecible y atractivo para la innovación.
Reforzar el ecosistema de innovación nacional y europeo.
Adaptar la legislación medioambiental a las necesidades del sector.
Revisar las contribuciones obligatorias de la industria farmacéutica.
Evolucionar los incentivos del Plan Profarma.
Recuperar las deducciones por I+D en el Impuesto de Sociedades.
Crear incentivos específicos para la producción de medicamentos estratégicos y biológicos.
Lladós ha concluido su intervención subrayando el papel del diálogo constante entre la Administración y la industria como la vía más eficaz para maximizar el impacto sanitario, económico y social del sector biofarmacéutico en España.
“El diálogo honesto y leal entre lo público y lo privado es la mejor vía para fortalecer nuestro sistema y aprovechar todo el potencial de la innovación”, ha afirmado.
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