En la producción de alimentos o la fabricación de dispositivos médicos es esencial cumplir con estrictos estándares de calidad más allá de lo exigido por la normativa.
Cuando está en juego la salud de las personas, la calidad del aire interior no puede negociarse y, por ello, los hospitales hacen los mayores esfuerzos para garantizarla. Pacientes con sistemas inmunológicos vulnerables, con enfermedades crónicas o debilitados por sus recientes cirugías tienen que contar con las máximas garantías de que el aire que respiran no contiene contaminantes, microorganismos o alérgenos que pueden comprometer aún más su salud.
Así lo han entendido en la práctica totalidad de entornos hospitalarios que recurren a la ventilación mecánica para garantizar la salud, seguridad y bienestar, no solo de sus pacientes, también del personal sanitario que puede estar expuesto a productos químicos tóxicos, gases peligrosos, enfermedades infecciosas y otros patógenos.
¿Pero qué ocurre cuando hablamos de salas de laboratorio donde se realizan actividades de producción e investigación de alta precisión? Al igual que en un hospital con pacientes, en este tipo de estancias es primordial que se garantice un entorno estéril.
El control de contaminantes se hace fundamental en procesos de alta precisión que son extremadamente sensibles a la presencia de partículas de polvo, contaminantes o microorganismos para que los resultados de la investigación no puedan verse afectados.
Una minúscula partícula microscópica, por ejemplo, puede inutilizar una partida de medicamentos o dispositivos electrónicos que estén siendo producidos. En el caso de determinadas investigaciones científicas, la presencia de contaminantes puede afectar a la precisión de los experimentos y los resultados obtenidos.
Por este motivo, en industrias como la farmacéutica, la producción de alimentos o la fabricación de dispositivos médicos es esencial cumplir con estrictos estándares de calidad más allá, incluso, de lo exigido por la normativa. En el caso de campos como la microbiología, la nanotecnología y la investigación genética, donde se trabaja con materiales y organismos extremadamente sensibles, aún deben extremarse más las precauciones.
Para garantizar este aire uniformemente fresco, higiénico y libre de partículas es necesario recurrir a la ventilación mecánica. Ventilar sin abrir las ventanas gracias a unidades de tratamiento de aire, como las que WOLF fabrica y comercializa, va a ayudar a conseguir el necesario control de partículas para mantener la esterilidad. Este tipo de ventilación permite el control del flujo de aire, evitando la entrada de partículas contaminantes del exterior y asegurando la extracción adecuada de las partículas generadas internamente.
Además, la ventilación mecánica asegurará un control de la temperatura y la humedad, eliminará los contaminantes, renovará el aire de forma continua y controlada y mantendrá una presión diferencial positiva o negativa en relación con las áreas adyacentes. De esta forma, se evitará que el aire contaminado de otras áreas ingrese a la sala estéril o que las partículas generadas en la sala se propaguen a otros espacios.
UTAS que cumplen los requisitos más exigentes
Con todos estos requerimientos, no es de extrañar que la normativa exija altos parámetros de calidad como los empleados en WOLF. Las unidades de tratamiento de aire de la compañía alemana se planifican estrictamente según los requisitos de la norma higiénica VDI 6022 de serie y se construyen con el máximo cuidado. Además, existe la posibilidad de diseñarlas según la norma higiénica más estricta del mundo, la DIN 1946-4.
Fabricar conforme a estas normas es fundamental para garantizar a ingenierías y jefes de obra un dimensionamiento preciso y un funcionamiento seguro para hospitales, salas blancas y otras áreas que exigen un mantenimiento regular.
Desde WOLF también se insiste en que la tecnología más innovadora unida a un diseño óptimo permite que los dispositivos de ventilación y aire acondicionado vayan más allá del cumplimiento de estos altos estándares de salubridad que exigen los hospitales y salas blancas.
Entre los requisitos que exige la norma y que cumplen todos los equipos de WOLF destacan sus superficies interiores lisas, planas y fáciles de limpiar, secciones con acceso para un mantenimiento fácil, juntas de puertas extraíbles, baterías de calor y frío accesibles por ambos lados para inspección visual y limpieza, silenciadores desmontables y baterías de frío con bandeja inclinadas, entre otros.
WOLF puede ofrecer todas sus unidades KG Top, KG Flex, CKL, CRL, CFL de acuerdo con la VDI 6022, por cuanto pueden ser planificadas y fabricadas conforme a los requisitos de esta norma y gracias a la colaboración estrecha entre ingenieros, arquitectos, mantenedores y fabricantes.
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